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El regalo más recordado

 


Durante una tarde calurosa del mes de septiembre de 2016, “fresqueando” bajo la mata de mangos en el patio de nuestra casa paterna en Cumaná, conversaba con mi madre Elba Buonaffina de Padrón quien está próxima a cumplir 94 años; me refería ella que papá tenía “un gusto exquisito” para hacerle regalos,  no recordaba ni uno solo que no le hubiese encantado.

—¿Mamá y cuál es el regalo que te hizo que nunca has olvidado? —se quedó pensativa y después de una leve sonrisa me dijo: 

—Paradójicamente el regalo que nunca he olvidado, no llegué a recibirlo.

—¿Cómo es eso? —pregunté.

—Tenía yo 16 años  y Armando que era mi novio, me envió desde San Antonio  a la Cagua (caserío del Municipio Acosta) un libro de regalo con mi hermano Ramón Eudoro y él, con no muy buena intención en vez de entregármelo, se lo dio a mamá. Esta al ver el libro se lo devolvió a Ramón y le dijo: usted, le da agua al burro, le pica pasto y después de descansar un rato se va al pueblo y le devuelve esta porquería al señor  Armando Padrón y le dice que se lo regale a Fulana de tal (para no herir susceptibilidades, omitiré el nombre de la dama), pero era una moza que para la época le llamaban, "ligera de cascos".

Todo esto lo hizo mamá por que el Libro se llamaba : LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL, de la escritora Rusa Aleksandra Kolantail (editado en 1931), fin de mundo y lo peor es que nunca he podido leer el bendito libro.

Ahora digo yo, menos mal que al inocente de mi padre no se le ocurrió regalarle El Kamasustra, porque Dios mío, la excomulga. 



Por
Rafael Padrón Buonaffina
Escritor / Poeta