Mirar el reloj y descubrir la piel del tiempo
Pulso a pulso el puntero descubierto
De minutero a segundero
Un espacio deja abierto
Entre el ser y no ser
Hay quienes se lamenta de intolerable suceso.
Intentar parar el tiempo
Bajo un respiradero de estrategia
Cumplo el sueño de no encontrarme
A mí mismo sin antes
Hacer volar a las fundas sin importancias
Responsabilidades que reposan sobre oficinas
Y esa lengua metálica de serpiente segundera
Me apuntala la muñeca
Como un desván de miseria
Y me aprieta la conciencia
El deber es deber
Mas cuando es consciente
Que más de la mitad de la vida
Esta vendida en el soborno
De horarios cumplidos
de contratos cerrados
Pero me apuntala la aguja
que avanza convexa
sobre mi muñeca y respiro
un dolor de pobreza
y me disparo un sabor
de labores amargos
comes lo que trabajas
resume lo que te alcanzas.
Mitral descontento golpea
Pulso a pulso el puntero descubierto
De minutero a segundero
Un espacio deja abierto
Entre el ser y no ser
Hay quienes se lamenta de intolerable suceso.
Intentar parar el tiempo
Bajo un respiradero de estrategia
Cumplo el sueño de no encontrarme
A mí mismo sin antes
Hacer volar a las fundas sin importancias
Responsabilidades que reposan sobre oficinas
Y esa lengua metálica de serpiente segundera
Me apuntala la muñeca
Como un desván de miseria
Y me aprieta la conciencia
El deber es deber
Mas cuando es consciente
Que más de la mitad de la vida
Esta vendida en el soborno
De horarios cumplidos
de contratos cerrados
Pero me apuntala la aguja
que avanza convexa
sobre mi muñeca y respiro
un dolor de pobreza
y me disparo un sabor
de labores amargos
comes lo que trabajas
resume lo que te alcanzas.
Mitral descontento golpea
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Alguien murmura una inofensiva
Franquicia de hostilidades diarias
En la mesa reposa el pan que nadie ha comido
El mismo cubierto, el mismo cuchillo
Al filo de tu ausencia perfilo
Todos mis sentidos
Y aún persiste el murmuro doméstico
El de nunca podrás cambiar
O por lo menos acomodar los trastes
Que reposan en un rincón como uno más
Vaya que extraño y persisto
En no perder esa minúscula parte
Fragmento lisiado de tu murmuro
De salvar la quinta parte que ya se perdió
Esa parte del que nunca entendí
En presente roto,
del que si me decido no volveré.
Y vaya que se marchó y nunca volvió.
Pero me conformo por lo menos
Este pedazo de murmuro
Que aun reposa en la mesa
Con el pan duro que nadie ha probado
Con el cuchillo untado de mantequilla
Y el último invierno que intenta
Invadir mi espacio amarrado
Al último murmuro que el tiempo se lleva
como una sonrisa soslaya de una muerte
que lleva el aliento del moribundo sin retorno
a mirar los mismos ojos que se batían de esperanza
pero que solo la memoria luchará en no borrarla.
Por
Deyvys Yegues
Poeta