Transcurridos 34 años, en conmemoración a la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y de la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989, La Organización de Naciones Unidas (ONU) estableció el 20 de noviembre como Día Internacional de Niño.
En Venezuela, esta celebración se instauró por Resolución gubernamental en 1991, durante el segundo mandato presidencial de Carlos Andrés Pérez. Se determinó que el Día del Niño se festejaría cada tercer domingo de julio.
Las actividades conmemorativas suelen realizarse en instituciones educativas, gubernamentales y no gubernamentales, con el objetivo de agasajar a los niños y difundir sus derechos. A nivel familiar es común celebrar con regalos y compartir un día especial con los más pequeños.
Sin embargo, preocupa la excesiva comercialización que ha adquirido este día. Los centros comerciales se llenan de personas buscando juguetes para sus hijos, los parques y plazas se desbordan de familias que dedican unas pocas horas a compartir el tiempo.
Concluido el día festivo, todo regresa a la normalidad, con cada miembro de la familia retomando sus actividades particulares. La distancia entre padres e hijos es evidente, incluso dentro del mismo hogar, donde la comunicación se ve afectada por el uso excesivo de celulares, debido a que la población infantil también inicia su uso, cada vez a más temprana edad.
Es necesario reflexionar sobre la importancia de fomentar el sano desarrollo de los niños a través de acciones cotidianas, sin necesidad de esperar un día específico. Esto implica dedicar tiempo y atención, practicar la comunicación efectiva, brindar amor incondicional, fomentar el respeto mutuo y la solidaridad, así como establecer límites claros.
Algunas acciones que podemos implementar más allá de un día de celebración son las siguientes:
Crianza y educación no violenta:
•Basada en la comunicación efectiva, verbal y no verbal, con mensajes positivos, tono de voz adecuado y respeto mutuo.
•Evitar la ridiculización y los gritos, promoviendo la autoestima y la confianza en los niños.
Amor incondicional:
•Significa amar al niño por ser quien es, sin condiciones ni exigencias.
•Evitar el chantaje emocional y las condiciones para recibir afecto.
•Demostrar el amor a través de abrazos, caricias, palabras de aliento y tiempo compartido.
Respeto recíproco:
•Reconocer a cada persona como individuo único, con sus propias características, pensamientos y sentimientos.
•Enseñar el respeto por la diversidad y la igualdad de derechos, sin importar la edad, el género o la condición física.
Solidaridad:
•Se fomenta en el hogar a través del modelaje de los adultos y las experiencias vividas por los niños.
•Se puede practicar mediante la asignación de tareas del hogar, la creación de hábitos positivos y la realización de actividades en familia.
Uso responsable de la tecnología:
•Es importante regular el tiempo de uso de dispositivos electrónicos y supervisar las actividades en línea de los niños. •Se debe educar a los niños sobre los riesgos cibernéticos y la importancia de proteger su información personal y el de la familia.
Cumplimiento de las promesas:
•Es fundamental cumplir con las promesas hechas a los niños para fortalecer la confianza en los adultos y la comunicación.
•Se debe evitar prometer algo que no se pueda cumplir, ya que esto puede generar desconfianza y frustración.
Tiempo de calidad con los hijos:
•Dedicar tiempo de calidad con los hijos es esencial para su desarrollo emocional y social, por lo tanto, evite llevar a casa responsabilidades pendientes y el desasosiego de los asuntos del trabajo.
•Promueva realizar actividades en familia como:
**Conversar de cómo estuvo el día de cada miembro de la familia.
**Revisar las tareas de los pequeños y felicitarlos por los avances y logros.
**Sentarse a la mesa a compartir los alimentos en familia, aunque sea una vez al día, sin el uso del celular durante ese tiempo.
**Revisar la realización de las tareas del hogar asignadas y reforzar positivamente por el cumplimiento de las mismas.
**Cumplir las promesas adquiridas en el tiempo previsto. De no ser posible explique el porqué de su incumplimiento y fije una nueva fecha para ello.
**Planificar y realizar paseos y vacaciones en familia, tomando en cuenta la opinión de los pequeños de la casa.
**Incorporar cualquier otra actividad que contribuya a incrementar el tiempo de calidad.
Procure que el tiempo en familia sea una prioridad, sus hijos lo agradecerán y serán los recuerdos que más atesorarán.