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Mi amigo pez - Carmen Natalia Pérez


Pablo y Juanito eran dos niños muy estudiosos, colaboradores y muy queridos por sus maestras y vecinos, vivían en un pueblito llamado San José, cercano a la ciudad de Mérida.  Era un pequeño pueblo, de clima agradable, rodeado de montañas que se vestían con nubes al caer la tarde.  Todos los habitantes prácticamente se conocían, Juanito y Pablo eran vecinos y estudiaban en el mismo colegio, sus padres se dedicaban a las actividades del campo, a la siembra de hortalizas que luego llevaban a vender a la ciudad.  Sus  madres elaboraban dulces típicos de la zona para también ser vendidos, aparte de dedicarse a las labores del hogar.

Pablo era muy travieso e inquieto, le gustaba inventar juegos e irse a pasear a los riachuelos que bordeaban el pueblo.

Un día salieron Pablo y Juanito a jugar,  y Pablo se acercó al borde del riachuelo a darle pedazos de pan  a los peces, Juanito se alejó porque le tenía temor al río y le advirtió a Pablo: no te acerques tanto al río,  porque puedes tropezar y caer.  Pablo sin hacer caso le respondió pues te pierdes de ver como tengo un amigo pez y viene a saludarme.  Juanito le gritó: ¡me voy!  Te acusaré con tu mamá,  entonces Pablo corrió detrás de él, para evitar ser castigado. 

Un día, de camino al colegio, ambos niños pasaron cerca del riachuelo, Pablo se acercó hasta la orilla y  le dijo a Juanito que saludaría a su amigo pez, Juanito le respondió un poco molesto,  yo voy a continuar no quiero llegar tarde,  pero esa vez, Pablo siguió entretenido viendo a su amigo pez, que se separaba de los otros peces para acercarse a él.

Pablo se distrajo emocionado, para luego percatarse que se le había hecho tarde, entonces corrió hasta el colegio, entró en el salón de clases y pidió disculpas a la maestra, él pensó que lo regañaría, pero ella,  se acercó, y le pregunto: ¿Sabes algo de Juanito? Pablito sorprendido le respondió: Maestra, Juanito debería estar aquí, yo me distraje en el riachuelo y él se vino al colegio porque no quería llegar tarde. Eso es muy extraño replicó la maestra,  y le dijo a Pablo: Ve con la otra maestra hasta la casa de Juanito para saber si está allá. Así lo hicieron,  Pero la sorpresa fue que al llegar a casa de Juanito tampoco estaba allí.

Todos alarmados salieron en busca de Juanito,  y  hacían preguntas a Pablito que asustado les decía, que no sabía dónde podía estar. De repente surgió una idea en la mente de Pablo,  y les dijo que iría al riachuelo porque allí estaba su amigo pez, y quizá Juanito se devolvió para conocerlo. 

Los padres y vecinos con cara de desconcierto lo siguieron,  y al llegar al riachuelo, Pablo se fue hasta la orilla y un pez se le acercó,  moviéndose de manera extraña, se alejaba y se acercaba a Pablo,  hasta que se alejó bordeando siempre la orilla, Pablo lo siguió también,  para encontrarse con la sorpresa de que Juanito se había tropezado, y golpeado, con una piedra en la rodilla y no podía levantarse por el dolor. Todos corrieron a auxiliar a Juanito sorprendidos por la forma en que el pez los llevó hasta el lugar donde se encontraba. 

Pablo estaba feliz, porque tenía a su gran amigo pez, que agradecido por las migajas de pan, lo había ayudado a encontrar a Juanito. 

La maestra felicitó a Pablo,  y le dijo que estaba orgullosa de él, por no ocultar la verdad y decir que se había distraído en el riachuelo, sin importar ser amonestado por ello.

Una gran lección  para todos  la historia de Pablo y Juanito,  ya que demostró  que la amistad es un gran tesoro,  la verdad debe prevalecer por encima de todo, y la gratitud siempre nos dará felicidad.



Carmen Natalia Pérez.