Reconocido es, por todos quienes han escrito sobre la Guerra de Independencia de Venezuela, el papel que jugaron los llaneros en esa sangrienta gesta, primero a las órdenes del feroz asturiano, defendiendo la causa del Rey de España, y luego, subyugados por la carismática figura de José Antonio Páez, luchando por la libertad de la América hispana, siendo por demás decisiva su participación en la batalla que selló la Independencia de los territorios que comprenden lo que es, hoy, nuestra Patria, Venezuela.
Lamentablemente, en los últimos años se ha tratado de mal poner la figura de ese insigne patriota, sin cuyo aporte, quién sabe cuántos años más se hubiesen necesitado para neutralizar el poder español en nuestro país.
Habiéndose fijado el 28 de abril de 1821 como la fecha para reanudar las hostilidades después de 5 meses de la firma del Armisticio de Trujillo, Bolívar inicia movimientos de las fuerzas patriotas con la idea de distraer las fuerzas realistas y atraer el grueso de esas fuerzas hacia el campo de Carabobo donde ya nuestras tropas habían tenido, en 1814, una experiencia exitosa.
Bolívar convoca a Páez, quien se encontraba en Apure, para que concurriera con las fuerzas bajo su mando, hasta San Carlos donde él iba a estar con su Estado Mayor y las tropas que habían sido convocadas igualmente para ir a un encuentro que podría ser decisivo para la suerte de la República.
Teniendo como centro de operaciones la población de Achaguas, en el Bajo Apure, Páez organiza la fuerza que va a movilizar ante el llamado del Libertador y, en pocos días reúne 1000 infantes, 1500 jinetes, reuniendo además 4000 novillos para arrearlos hasta San Carlos para aprovisionar del necesario alimento a las tropas, también lleva 2000 caballos de remonta.
El 10 de mayo parte hacia San Carlos cuando ya se había iniciado la temporada de lluvias y todo el bajo llano se convertía en un inmenso estero inundado, además de las lluvias que caían sobre él, por el desbordamiento de los ríos y quebradas que bajaban de la Cordillera Andina.
Se calculan unos 220 kilómetros en línea recta de Achaguas a San Carlos, en cuyo trayecto, de manera ligera, viendo los mapas, nos encontramos con que tuvieron que atravesar los ríos Matiyure, Apure Viejo, Apure, el caño Guanaparo, rio Guanarito Viejo, río Guanaparo, río Guanare, rio Portuguesa, el caño la Yegua, río San Carlos, los caños Orupe, Tinaco, Camoruco, Turen y Acarigua.
Pensemos un momento en las dificultades que tuvieron que enfrentar esos héroes para desplazarse a través de esos agrestes parajes arreando 4000 novillos, 2000 caballos y, unido a esto los bagajes necesarios para subsistir y luchar.
El oficial inglés Richard Vawell dejó escrito un testimonio de sus experiencias cuando, como un miembro de las tropas inglesas que participaron en la lucha por la Independencia de Venezuela realizó la travesía por los llanos venezolanos. De él transcribo el siguiente fragmento que nos da una idea sobre las dificultades para desplazarse de un sitio a otro en esos territorios en la temporada de lluvias.
Nos dice Vawell: «la infantería veiase obligada a marchar diariamente durante varias horas seguidas con el agua a la cintura y experimentaban un verdadero transporte de alegría cuando descubrían un terreno seco donde podían descansar durante la noche de las fatigas de la jornada. Al pasar ríos, caños y esteros, muchos soldados y bestias de montar, de carga, de remonta, las reses que arreaban eran atacados y mordidos por cardúmenes de caribes, muy abundantes en aquellas aguas. Los llaneros les temían más que al caimán, cuando les mordían a ellos o a una bestia ya que al ver la sangre acudían cientos que devoraban al herido en un santiamén. Siempre que se interponían en el camino caletas, caños, ríos o brazos de río que no podían ser vadeados, los llaneros construían balsas con madera ligera que se consigue en casi toda la extensión de los llanos, también las hacían con cuero de ganado seco. En esas balsas, atadas juntas y escoltadas por excelentes nadadores se transportaban los bagajes.»
A todo esto, que describe Vawell hay que añadir el ataque de millares de garrapatas y los mosquitos que en las noches atacaban inmisericordemente a hombres y bestias.
33 días tardaron esos llaneros en llegar a San Carlos de lo cual da testimonio una carta de Bolívar a Santander fechada el 13-06-1821 en San Carlos, en la cual, entre otras cosas, le dice que el día anterior llegó el General Páez a reunírsele en San Carlos. Los llaneros llegaron a nueve días de la crucial batalla de Carabobo donde, para llegar, tenían todavía que recorrer 90 kilómetros.
Esto realmente demostró que a los llaneros no sólo podría calificarseles como CENTAUROS sino también como TITANES y que a su mando sólo podía estar un LÍDER como el CATIRE PÁEZ.
HONOR A LOS LLANEROS, A LOS 203 AÑOS DE SU INVALORABLE APORTE AL TRIUNFO DEL EJÉRCITO VENEZOLANO en la crucial BATALLA que marcó el FINAL del dominio español en Venezuela.