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El Mono de Caicara - Olidys Rodríguez


En Caicara de Maturín, capital del Municipio Cedeño se celebra todos los 28 de diciembre el baile de EL Mono. No se celebra el día de los inocentes, como lo establece el calendario católico, o el día de los locos como en otras regiones, no señor, nada de eso, se baila El Mono y nada más.

Se trata de una de las tradiciones con mayor arraigo de nuestro país, y donde participa todo el pueblo, herencia de los Chaimas y Parias, grupos de indígenas que habitaron por todo el valle del río Guarapiche; y como toda manifestación cultural de tantos años, presenta cambios espontáneos, sin perder su esencia.

Es una danza colectiva, que moviliza a todos los habitantes del pueblo   y caseríos vecinos, y tiene como escenario las calles del pueblo de Caicara. La participación es espontánea, las agrupaciones o parrandas se organizan de manera independiente, y realizan desde muy temprano de la mañana del 28, el recorrido por calles y sectores, despertando a los habitantes, quienes salen eufóricos a bailar al frente de sus residencias, algunos se suman, y se vienen con las parrandas. Antes de recorrer las calles algunas parrandas, van al cementerio y hacen homenaje a los moneros caídos, otras aprovechan hacerlo cuando pasan cerca del campo santo, tocando solemnemente la guarura.
 
A lo largo del recorrido, se va haciendo una cola o fila de hombres y mujeres agarrados por la cintura, propios y extraños se incorporan, van guiados por El Mono, quien es una persona que porta un traje de mono y una máscara, además lleva una correa, no para golpear, sino para invitar a las personas, que observan, a incorporarse a bailar.

Las personas que acompañan en la cola, van gritando monoooo, monooo y bailando alegremente. También en las agrupaciones van personas que flamean banderas de colores y que identifican cada parranda, estas banderas les da mucho colorido y vistosidad. Otros integrantes, que acompañan en todo el recorrido llevan una totuma con colorantes como onoto, añil, para ir colocando un poco en la cara de los que encuentran en el camino; y no puede faltar el licor, ron de ponsigué, otros llevan agua y los que derraman entusiasmo.
 
Todo este conglomerado de personas, se van moviendo al unísono de la música, que se conjuga con instrumentos como el tambor, la mandolina, el cuatro, además de otros instrumentos autóctonos como el Ciriaco, los pitos de carrizo, la guarura, además del cacho y las maracas. Los intérpretes o cantantes, mediante las estrofas improvisadas o legadas, van indicando que hacer en el baile, por ejemplo, bailar en una pata, agachaditos, enrolladitos entre otras figuras. 

Allá viene el mono
desde Caripito
allá viene el mono
desde Caripito
todo el mundo baila
todo el mundo baila
todo el mundo baila
mono agachadito
Allá viene el mono
Viene en alpargata
allá viene el mono
viene en alpargata
todo el mundo baila
todo el mundo baila
todo el mundo baila
mono en una pata

Además del personaje de El Mono, participan en cada parranda o como le decían antes “partidos”, figuras como la Mayordoma, que es la persona que lleva la autoridad en la parranda; por lo general va ataviada con un paltó liquilique y un cinturón en la cintura, con falda o pantalón, lleva además un sombrero, lleno de flores de trinitarias o coronillas, también porta una peinilla para mostrar respeto; sin lugar a dudas, una de las mayordomas que marcó y se convirtió en un ícono en Caicara, en los últimos cuarenta   años, fue Argelia Cardiel (+) directora de la Parranda Garibaldo; también, los nombres de Agapita Múcura y Juana Macho, se mantienen en el colectivo.
 
Otro personaje que destaca en las parrandas y tributa, son Los Morochos de Pedro Arcila (+), quien confeccionó un disfraz, que llama mucho la atención, puesto que no se sabe cuáles son los pies del muñeco o cuáles son los de la persona que lo porta.
 
Algunas Parrandas recuerdan y recrean disfraces que en otrora sacaba Pedro Pérez, y que llamaba la osa; Garibaldo con El tigre, Tadeo López con sus canastos como nalgas, y otro como el hombre de maíz, que recuerda a Pamillo Grimónt. Cada grupo o individualidad, pone de manifiesto su creatividad, algunos llevan cachos, se visten de mujeres, otros portan disfraces con hojas de plátano, maíz, algodón, entre otros.

Allá viene el mono
pintando un veintiocho
allá viene el mono
pintando un veintiocho
entre los disfraces
entre los disfraces
entre los disfraces 
salen los morochos
 
A lo largo del recorrido, que cada agrupación decide realizar, y como se mencionó anteriormente, van pintando con añil, negro humo, hollín, onoto, pigmentos de fabricación casera, a los visitantes, quienes se van sumando y bailando; algunos corren para no ser alcanzados, pero lo que estos no saben, es que, mientras más pintado se vean, se notará que lo han disfrutado al máximo. Vale indicar que no se deben utilizar pintura de aceite, está prohibido.
 
Una vez que terminan de recorrer las calles del pueblo, las parrandas o grupos, se van concentrando en el Monodromo, una especie de plaza pública de gran dimensión, que sirve para que los visitantes, y Caicareños, toquen y bailen hasta que el cuerpo aguante; antes, el baile se reunía frente a la iglesia, pero ese espacio se quedó chiquito para albergar la cantidad de personas venidas de todas partes del país, y que todos los años se daban cita para participar de esta gran fiesta. 

En el monódromo, se alternan las 32 parrandas que animan esta importante celebración, y en un horario acordado de 20 minutos aproximadamente, le corresponde subirse a la tribuna e interpretar El Mono y La Marisela, que son los dos ritmos que distingue a esta expresión cultural. Los versos de La Marisela se van interpretando y componiendo de acuerdo al momento y a las circunstancias, además de las ya conocidas como:

Mariselita chiquita
no seas desconsiderá
me sacaste de mi casa
vuélveme a llevar allá.
Marisela tiene un gallo
Y no me lo quiere vender
Ojalá que se le muera y
no se lo pueda comer.

Entre las parrandas venidas de caseríos y que aún hacen vida el 28, destaca La parranda San Pedro, heredada del antiguo partido de Pedro Colvo. Las más antiguas del pueblo, la Parranda El Gavilán, con “Chilo” Rojas (+) y sus negritos, Parranda El Zanjón, Parranda Vallejo, Parranda Garibaldo, Parranda Sabor a Pueblo, Parranda Eufrasio Guevara, Parranda Ají Dulce, Parranda Cuero Caliente, Parranda El Centro, Parranda Canamelar y así las de más reciente creación, muchas llevan nombre de algún miembro de la familia, monero, y ha fallecido entre otras Parranda Gilberto Rosales, Parranda El Futi. 

En el monódromo miles de visitantes y nativos bailan al son hasta las 8 de la noche aproximadamente, cuando terminan, para darle paso a otra fiesta que nada tiene que ver con la manifestación cultural.
 

Origen de El Baile de El Mono
Acerca del Origen de este baile, se han dicho muchas cosas, hay pocas investigaciones y fuentes escritas, sin embargo, esta fiesta pagana, porta y conserva una serie de elementos que mantienen vivas sus raíces chaimas, observándose en su música y algunos instrumentos, y como dice chucho Guevara El Mono no tiene partida de nacimiento.

Estudiosos de la tradición coinciden en estimar que esta manifestación, presenta elementos de origen ancestral, por ejemplo, instrumentos como el Cacho de ganado, el Ciriaco, los Carrizos o pitos, estos últimos instrumentos, son elaborados de caña, con los que se toca el son de la Marisela y matachí.

Otro elemento que destaca es la pintura los nativos, llenaban sus cuerpos de marcas, utilizando pintura como el onoto o caituco, el ollín, mezcla de carbón molido con grasa para realizar sus ceremonias; el látigo y los gritos, también son vestigios de nuestros ancestros caicareños.

Como es de suponer este baile ha ido incorporando con el correr de los años instrumentos, como la mandolina, de origen hispano y el tambor, con sus raíces africanas, sin embargo, mantiene su estilo propio.  

Juan José Ramírez (1972), en su libro Remembranzas Caicareños, afirma   que el renacimiento del baile de El Mono tiene principio en la misma población de Caicara hacia el año 1895, reviviendo con esplendor inusitado la antigua danza. También leemos en el texto de Chucho Guevara, que Jorge Taylor le dijo a Balbino que el salía con su papá a ver el baile de El Mono, era un señor muy mayor, por lo que nos hace suponer púes que su origen es mucho más atrás de 1800. 

Nuestros abuelos y algunos otros familiares, refieren haber escuchado de boca de algunos ancianos que dicen acordarse, que cuando eran niños, iban detrás de los partidos o comparsas que venían de caseríos cercanos. 


Olidys Rodríguez